2. Me llamo Jueves, Crisol.

Crisol
Cherán  K'eri

No es la historia de un héroe o una heroína, son los recuerdos de una vida lacerada, brillante y escarlata. En sentido estricto, según los cánones novelescos no debería anunciar algunos detalles, para mantener el suspenso, la intriga o las expectativas. Pero, nunca ha sido mi fuerte contar historias, soy más bien un escuchador atento, gozo más cuando escucho. Alguien me contó sus memorias pasadas y futuras, aquello que vivió y soñó. Tanto la vida como la muerte están siempre juntas se van rehaciendo en todo momento. La atrocidad se conjuga y expande, no tiene fin. Tanto futuro y pasado habitan en un presente ilusorio. La memoria me traiciona, se hace obscura. No recuerdo cada detalle, le gustaba decirme, soy un crisol:
Me gusta todo. Ese es el problema mayor. Porque no logro anclarme a nada, no hay centro, todo lo es. Un paso es el mismo en cualquier dirección. Cada palabra anotada guarda su belleza primigenia. Comencé a escribir por gusto o porque era una forma de retener la sangre entre los dientes, ya no recuerdo.
Se han ido sumando los días uno a uno hasta conformar un enorme caos.
La memoria está sin soporte. La imaginación se perdió entre esos días. Por ello, te cuento sobre este espacio y este tiempo con la intención de rescatarnos. Es una palabra para todo. A sabiendas que en el todo habita la nada. Es una forma de recordarte y recordarme. Es en, definitiva, una forma de saberme aquí.
Luego guardaba un largo silencio como si durmiera siéndose sintiéndose solo.

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