§ IV. La propiedad o la renta de la tierra. Marx.
Cherán K'eri. |
¿Qué escapa al capitalismo? o ¿es posible vivir fuera del
capitalismo? Si observamos, nos damos cuenta que todas las relaciones sociales,
culturales, políticas, académicas e, inclusive, docentes se sustentan en la
estructura económica. Si vamos más allá, notaremos que las ciencias sirven a la
justificación y desarrollo del sistema en turno. Por lo tanto, todo análisis
debe considerar los factores económicos, las relaciones de éstas y las
consecuencias que de ellas emanan.
En el marco del capitalismo el ser
se manifiesta a través de la posesión. En este contexto ser tiene consecuencias cuantitativas, por encima de las
cualitativas, se cree que entre más se tiene más se es. Todo es poseible. Por
la tanto, la posesión de la tierra es otro medio de producción. Según el
análisis crítico que Marx hace sobre los postulados de Proudhon respecto a la
renta de la tierra. Nada escapa a las relaciones económicas y todo es
susceptible de ser utilizado a favor del capital. Veamos a continuación las
características por las cuales la renta de la tierra es también un medio de
producción y, en consecuencia, de explotación. (Este tema en la actualidad podría
ser titulado: la propiedad o la renta de la tierra, agua, aire, espacio,
cuerpo… ¿qué no es rentable?).
Al inicio del texto Marx escribe:
En cada época histórica la propiedad se ha
desarrollado de modo distinto y bajo una serie de relaciones sociales totalmente
diferentes. Por tanto, definir la
propiedad burguesa no es otra cosa que exponer todas las relaciones sociales de
la producción burguesa.
Pronto Marx estable la crítica central a Proudhon:
Querer
concebir la propiedad como una relación independiente, una categoría aparte y
una idea abstracta y eterna, no es más que una ilusión metafísica o jurídica.
Es que Proudhon decía que:
“El origen de la renta, como el de la
propiedad, es, por decirlo así, extraeconómico: descansa en consideraciones
sicológicas y morales, sólo remotamente relacionadas con la producción de la
riqueza”. (T. II, pág. 265).
Proudhon no encuentra cómo la renta de la tierra o la renta en
general afecta los medios de producción, produce acumulación de capital y
explotación. Cuando, sin la renta, los monopolios serían imposibles.
“Por
tanto, el señor Proudhon reconoce su incapacidad de comprender el origen
económico de la renta y de la propiedad y renuncia a toda pretensión en ciencia
económica”.
En principio, la renta supone la relación entre un arrendatario y
la propiedad del suelo, mediada por una cuota. En este proceso intervienen
factores tales como: la producción, fertilidad de la tierra en los procesos
agrícolas, flujo de capital, incluyendo las ganancias e intereses usuales del
capital.
El análisis que hace Marx es sobre la renta para uso agrícola. Sin
embargo, los elementos que va destacando pueden ser identificados en la
actualidad en las relaciones económicas actuales, considerando las premisas del
capital: acumulación-explotación-producción. La renta de por sí en el marco del
capitalismo mantiene características similares.
Cuando Marx escribía en 1846-47 sobre la renta existía aún la
diferencia entre los procesos industriales y agrícolas. Lo cual determinaba el
valor de la renta. Mas, pudo advertir, aunque no explícitamente, que el
desarrollo agrícola terminaría siendo un proceso industrial. Sirva como ejemplo
el caso de San Quintin, en el que se manifiesta:
El menoscabo del trabajador, reducido al
papel de simple obrero, jornalero, asalariado, que trabaja para el capitalista
industrial; la aparición del capitalista industrial, que explota la tierra como
una fábrica cualquiera, la transformación del propietario del suelo de pequeño
soberano en usurero vulgar: he aquí las diferentes relaciones expresadas por la
renta.
Lo que Marx expresa a continuación bien pudiera estar referido a
las relaciones comerciales actuales. Más aún considerando la movilidad del
campo a la ciudad y pensando a la renta también en términos de ocupación
citadina como vivienda de estudiantes venidos para “ser alguien en la vida” a
la ciudad.
La renta no es posible sino desde que el
desarrollo de la industria de las ciudades y la organización social que resulta
de este desarrollo obligan al propietario del suelo a aspirar exclusivamente a
la ganancia comercial, a obtener ingresos monetarios de la venta de sus
productos agrícolas, a no ver en su propiedad territorial más que una máquina
de acuñar moneda. […] El sometimiento del suelo a las mismas leyes que regulan
todas las otras industrias es y será siempre objeto de lamentos interesados. Se
puede decir, pues, que la renta representó la fuerza motriz que lanzó el idilio
al movimiento de la historia.
Comprendida la renta como un medio más de producción, notamos que
la lucha por su posesión es un bien deseable para todos, incluido el Estado.
Ese famoso impuesto por el valor sobre la renta.
“La renta —continúa el señor Proudhon— es
el interés pagado por un capital que jamás desaparece, a saber, por la tierra.
Y como este capital no puede experimentar aumento alguno en cuanto a la
materia, y sí sólo un mejoramiento indefinido en cuanto al uso, de aquí se
deduce que, mientras el interés o el beneficio del préstamo (mutuum) tiende a
disminuir sin cesar por efecto de la abundancia de capitales, la renta tiende a
aumentar constantemente gracias al perfeccionamiento de la industria, el cual
lleva a mejorar el laboreo de la tierra... Tal es, en esencia, la renta”. (T.
II, pág. 265)
En resumen, la tierra, en tanto en cuanto
proporciona interés, es tierra capital, y, como tierra capital, no da renta, no
constituye la propiedad del suelo. La renta es un resultado de las relaciones
sociales en las que se lleva a cabo la explotación de la tierra. No puede ser
resultado de la naturaleza más o menos sólida, más o menos duradera de la
tierra. La renta debe su origen a la sociedad y no al suelo.
Con cierta facilidad podemos ser desviados de nuestro objeto de
estudio y de las implicaciones prácticas que éste tiene. La complejidad en la
que se ha constituido la realidad nos proyecta como falsos, ciertos hechos que
no dejan de ser manifestaciones de poder o modos de acumulación de capital y,
por lo tanto, de explotación. ¿Qué escapa al capital?, ¿Cuáles relaciones no
están sustentadas en el capital?
Si sometemos todo análisis al método marxista, nos percatamos que
casi todo tiene por objeto y objetivo la acumulación de capital.
Fuentes: Marx,
Sobre Proudhon
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