5. Me llamo Jueves. A tu vuelta.

Giraluna, Morelia.

Me gusta sentarme frente al vacío, (musitaba Jueves). Mirar cómo las aves disputan el aire, la lluvia y el sol; allí entre el aleteo y su la relación con la naturaleza: estas pinceladas son lo más cercano a la perfección. Nosotros jugamos a inventar el oficio de acumular.
Lo recuerdo, eran más de las tres. Sin repuestas, sin pistas, ni siquiera un atisbo de esperanza. Habíamos acordado encontrarnos a esa hora en lugar de siempre y bajo los mismos signos.
Las cosas parecían cada vez más caóticas. Los transeúntes (parecían) ya no  caminar caminaban, ahora tropezaban entre sí. A pesar de la crisis, la fatalidad no era advertida. Miraba el reloj con una náusea (insoportable) nunca antes experimentada. Pensé: no es cómo me ves, sino cómo me siento, descubrirte no es fácil. Comprender no es una condición necesaria, a veces, es suficiente sentir. 
Esa está vez no quería quiero escribirte. El alcohol se diluya diluye entre mi carne: espasmos, hambre, sueño. Hemos hablado con grandilocuencia de los últimos avances científicos, técnicos y tecnológicos. Nos hemos ensalzado una vez más por sabernos lo mejor que existe. Desde aquí se puede apreciar cómo fluye la humanidad a ritmos cadenciosos y acelerados, (incluso), con parsimonia durante instantes.
Tenía tengo reservada la sonrisa para tu vuelta. No pude leer tus gestos en el momento oportuno, ni siquiera sospechar que la hora nos había llegado. El arrepentimiento no tiene sitio, en su lugar florece el optimismo, amada mía, te amé en el momento justo con la certeza irrevocable y convicción precisa. Cuando el accidente de las circunstancias provocaban el roce de nuestras manos, el pudor se imponía; al escribir tu nombre aún acaricio tu sonrisa. Aunque olvide el pasado eres siempre presente. 
Lo posible es inconmensurable, comienza con el exterminio de la autocensura; reconocernos palmo a palmo hasta el más profundo signo de angustia: jugar en serio. Cambiar de nombre y de rostro sin dejar de mirar al asesino. 
Me gusta como devienes en el universo. Aunque una vez más, no llegues.

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