Martillar la realidad

San Jerónimo Purenchécuaro

La miraba a través de la palabra y la construía con cada sílaba, el espacio sólo era un pretexto. Cómo no asumir esta perspectiva para martillar la realidad. Antes solía emerger con mayor parsimonia, hacer del discurso un río portentoso. Durante instantes se piensa que nada cambia: puede observarse la decadencia de la nación, que acaso nació en declive; la corrupción no deja de florecer, ya se ha confirmado la tendencia parricida de los funcionarios públicos.
Sin embargo, nada es lo mismo. La distancia que antes invocaba encuentro, ahora es un muro infranqueable. La sonrisa, como las oscuras golondrinas, no volverá. El ojo del huracán yace en otro lado. La batalla que librábamos cuenta con otros protagonistas. Los números se tropiezan al contabilizar los muertos, los fraudes, los hurtos, los besos perdidos, las elecciones robadas, la reformas aconstitucionales, las horas suspendidas, los soles vagabundos, las lunas menguantes.
La libreta guarda con acérrima fidelidad los sueños y las cicatrices. Habrá que quemar sus hojas para olvidar la esperanza, para saber que la lógica impuesta es una quimera. También conserva intangible la melindrosa sonrisa, más importante aún, intangibles están las palabras con las que dictaste tu libertad. 
¿Podrá ser la obscuridad el más ignominioso destino?
Publicado originalmente en: https://extranjerojn.wordpress.com/2016/04/25/martillar-la-realidad/

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