El vacío nace del hambre

Paracho, Michoacán.


No reconozco el punto en que me pierdo. Es un instante fulminante, un destello absoluto: puede ser en el lapso de un paso o al girar la esquina, entre un sorbo de café o un suspiro. Pero siempre acontece, excepto cuando estoy en la cama, conozco cada pliegue y los límites exactos, la consistencia de su tejido. 
Todavía cuando deambulo en su alrededor, en la habitación, soy capaz de establecer una consiente relación con el entorno. Será que la articulación de la música y los libros y el café y el cine crean la atmósfera que soy. Me compongo de una palabra, un acorde o un sorbo al café. Pero cuando salgo a la calle me diluyo, mi arquitectura se desvanece hasta la nada. 
La locura es… Elementos cardinales como el amor, la libertad, la dignidad y la esperanza se confunden en una enmarañada sociedad junto al terror, la codicia, la impunidad y banalidad. …lo más cercano a la cordura. 
La verdad es la forma indescriptible de un fantasma. Todo lo que se conoce es la sombra de éste, no deseo justificarme pero esta es la razón por la que me extravío y salgo de mí buscándome hasta regresar al colchón.
Salgo porque es necesario desenmascarar al fantasma. Sin embargo, sé que llegará el día en que no regrese. Me esfuerzo durante horas por encontrar el sustantivo preciso, luego para hacerlo acompañar del adjetivo exacto puedo demorar días. Entonces las ansias me carcomen; quisiera bordar cada día una nueva frase para arrebatarle al fantasma su realidad, tarea imposible. Porque incluso las frases que construyo guardan bajo su losa el sello de la mentira.

Comentarios

Entradas populares