II Fragmentos sobre la incomprensibilidad, Schlegel. (122)


(122) Si hay algo que pueda justificar la elevada idea de la alemanidad que aparece de vez en cuando, es el descuido e indiferencia radicales que muestran los alemanes por aquellos buenos escritores corrientes que cualquier otra nación acogería con pompa entre sus Johnsons, así como la propensión, bastante común, a fustigar libremente y a someter a un riguroso examen incluso aquello que consideran lo mejor y que es asimismo mejor que lo que en el extranjero se consideraría suficientemente bueno.

Fragmentos sobre la incomprensibilidad, Schlegel. 

Sala, Casa de Ondas, Ciudad de México.

[Comentario]


Sirva este fragmento como pretexto para pensar la mexicanidad desde el contraste que se ofrece entre: lo sublime y lo bárbaro, lo propio y lo ajeno, lo mejor y lo peor. A diferencia de la elevada idea de la alemanidad, en México se piensa la mediocre idea de la mexicanidad. Y es que sea suficiente observar el nacimiento de nuestra nación; nacimos de una tragedia que parece no tener fin, y, circunstancialmente, sólo el arte emana luz de vez en vez.

Acá nos quedan claro que lo que se impone es la idea del malinchismo. Es lamentable, observar cómo todo lo extranjero se da por mejor que cualquier cosa con la que se pueda contar. Hay de fondo una autocensura acompañada de vanidad que hace posible la negación de toda posibilidad creadora. Sí en el fondo de la formación artística se asume la creación a partir de principios que emanan del seno cultural, ¿cómo es posible que la constante tendencia sea la negación de sí mismo? El contraste en la que nos sitúa Schelegel nos remite a un estado primitivo de las cosas.

Hay, todavía, espacios de reivindicación que nacen del cambio intercultural y del reconocimiento de otras formas de ser y estar. Es decir, considerando la idea de la dialéctica negativa y siguiendo la ironía romántica, precisamente del rescoldo de nuestra idea de la mexicanidad brotará un espíritu renovado.

Libro disponible en Google books: Fragmentos sobre la incomprensibilidad, Schlegel.

Colorario.

¡Todos los muertos
son nuestros muertos!


Escribo este día de manera apresurada y confundido y lleno de rabia. El día de ayer fue encontrado sin vida el cuerpo de la compañera Lupita Campanur. Una compañera asesinada que es (porque la mantendremos con vida como a todos nuestros compañeros y compañeras que han sido asesinados (as) o desaparecidos (as)) parte de una de las comunidades más seguras del país, nos habla de la urgencia de organizarnos y hacer frente al miedo. Ya alguna vez, tras el asesinato de unos compañeros dijimos que no nos rendiríamos. Hoy, tras el asesinato de nuestra compañera debemos estar atentos ante las amenazas que paulatinamente se convierten en muerte y despojo. Lupita es una semilla más sembrada con rabia para cosechar dignidad, seguridad, justicia y libertad.

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